EL tiempo retenido, de Caballero.
Dios inventó la humanidad. El espacio vino después. El hombre guarda el tiempo en su memoria, el escritor lo registra sobre el papel, el pintor lo plasma encima de la tela. El fotógrafo para que no se le olvide una imagen, la petrifica en su propia dimensión temporaria. El sueño, la fantasía, el trazo y el color sobrevivieron para la eternidad de la impronta humana en la sombra alusiva del ser .Desde Rembrandt, Piero de la Francesca, Paul Klee, Alberto Dudero, Picasso, Salvador Dalí, Giorgo de Chirico, Rufino Tamayo, entre otros genios de la creación plástica, cada cual en su época luminosa, dejó constancia de su sentir frente al mundo material. El artista posee esa fatalidad sólo para corroborar su existencia total. Si Diego Rivera tardara más la invitación hecha a André Bretón para visitar México y descubriera el otro surrealismo que él supuestamente había intuido en Europa, mientras tanto en Mesoamérica, Latinoamérica estaba en su apogeo miles de años antes, luego de sorprenderse con la obra de Frida Khalo, María Izquierdo, Pedro Friedeberg, Xavier Esqueda o Alberto Gironella y otros más, si retrocediera en el tiempo y conociera la pintura de Alejandro Caballero, modificaría su opinión al respecto y engrosaría su famosa corriente surrealista .La práctica del arte es igual a la evolución del pensamiento humano, para liberarse e instalarse de nuevo en otros escenarios.
Los espacios y protagonistas de Alejandro Caballero, remiten y renuevan la visión de lo anterior, traen al presente y avizoran el futuro de su imaginario prolífico. Está allí la edad de oro del hombre maduro, la efímera juventud divina y la esencia promisoria del arte verdadero. Alejandro Caballero con sus propuestas hechas realidad potente, es ya de la nuevas imprimaturas de la gran tradición del arte mexicano.
Mtro. Macario Matus
* Poeta y crítico de arte
Miembro de la Asociación
Internacional de
Críticos de Arte AICA,
Francia – UNESCO
Noviembre de 2006
Publicación:
Catálogo de la Exposición “ fantasía Lúdica de Alejandro Caballero”
Tecnológico de Monterrey Campus Cd. de México
1997